‘Mira todas las cosas
como si fuera la primera vez;
Mira todas las cosas como si fuera la última vez’
Buda
Que estas fechas son especiales, no lo podemos obviar.
Hay una serie de cuestiones por las que todos pasamos (con mayor o menor agrado) ya esto en sí da para un debate de media tarde.
En breve llegan las uvas y, al ya sumado, Papa Noel a nuestra costumbres llegarán los Reyes Magos y el/los Regalos y todo su proceso de compra.
¿Somos conscientes de que Regalamos? ¿Regalamos conscientemente?
Voy a centrarme en los regalos de los niños. De quienes se sitúan ingenua y momentáneamente en el recibir.
Cada vez son más los padres que me preguntan sobre que, cómo regalar.
Estas preguntas surgen de la realidad con la que se encuentran a la hora de regalar: sensaciones como las de que no aprecian los regalos, pasan corriendo de uno a otro, juegan cinco minutos con uno y lo olvidan…y así innumerables cuestiones por las que la emoción tanto del que regala como del que recibe se reducen a breves instantes.
Desafortunadamente nos encontramos también en unos momentos de desarrollo social en los que el valor apreciativo del regalo se ha reducido a los segundos de dura su efervescencia.
Estamos a la última en tecnología y niños de corta edad tienen una destreza digital difícilmente comparable a su capacidad para tener paciencia y/o cultivarla.
Su tolerancia a la frustración dura los segundos que transcurren al pulsar un ‘click’ y encontrar su efecto generado.
La capacidad para entrar en tensión emocional y corporal seguida de la expresión (tan temida, a veces) de ‘Me aburro’, es tan corta que lo ‘normalizado’ es justo eso: tensión… sin distensión y con impulsos.
Todo esto sin hablar de todo el tiempo y el dinero empleado en ello. Meterse en una tienda o una calle comercial estos días se convierte casi en un acto heróico. Y que priorizamos a la hora de hacerlo:
¿Qué sea caro? ¿Qué sea voluminoso? ¿Lo último que anuncia la tele? ¿Lo que le van a comprar a…? ¿Lo que ya tiene….? ¿Lo que quedaba? ¿Es que si su amigo lo tiene, mi hijo no va a ser menos? ¿Que sea ecológico? ¿De marca?
¿Qué es lo que estamos priorizando? ¿De que está hecho ese regalo final? ¿Es lo que de verdad quieres regalar?
Lejos de las recomendaciones que los especialistas nos hacen nos hacen todos los años te invito a que hagas una búsqueda dentro de ti. Que hagas un viaje momentáneo que te lleve al recuerdo. Que te lleve a la edad en la que más te gustaba recibir regalos de niñ@. Con el juego de la imaginación viaja, viaja, viaja hasta encontrar cual fue aquel regalo que de verdad, de verdad, de verdad, de verdad te cautivó …sin esperarlo quizá. Date tiempo para ello.
¿ Que era? ¿Qué tenía que tanto te encantaba? ¿Quién te lo regaló? ¿Cómo lo usaste? ¿Hay que pedirlo todo?
¿Qué es lo que quieres regalar?
Nuestra forma de regalar ha cambiado, nuestra forma de recibir el regalo también. Pero hay cosas que no cambian, la aportación del valor siempre marca la diferencia y no tiene nada que ver con lo económico. Los valores se investigan, se cultivan, se generan, se comparten y, en el mejor de los casos, generan altruismo.
Que tengas buenos momento para el regalo
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